Principios básicos para preservar la seguridad

Lea la etiqueta de su plaguicida para informarse sobre los pasos a seguir si algo sale mal. Asegúrese de conocer sus contactos de emergencia y sepa qué hacer en caso de un derrame mayor de plaguicida o una intoxicación por plaguicida.

Tenga en cuenta su salud. La aspersión de plaguicidas de manera segura necesita destreza, por lo que debe estar en forma y saludable para usar plaguicidas. Si su salud no es óptima, aplace la aspersión hasta que se sienta bien. Considere los siguientes síntomas de salud que pudieran conducirle a una exposición excesiva a los plaguicidas.

• La migraña o la visión borrosa pueden impedirle una total concentración en la tarea de aspersión.
• Los cortes o las heridas sobre su piel pueden permitir que el plaguicida sea absorbido más fácilmente a través de la piel dañada.
• Un resfrío o los ojos irritados pueden distraerle, ya que limpiarse la nariz o frotarse los ojos no será seguro.
• En caso de vendajes o yesos, el plaguicida absorbido al tejido puede permanecer en contacto con su piel por un largo tiempo.
• Los dolores o la fiebre pueden impedirle llevar y usar la asperjadora de manera segura.

Si su salud no es óptima, aplace la aspersión hasta que se sienta bien.